Minucias del lenguaje - José G. Moreno de Alba, publicadas por el FCE
Minucias del lenguaje - José G. Moreno de Alba, publicadas por el FCE
EL FENÓMENO DE LA ADVERBIALIZACIÓN de los adjetivos está bastante estudiado en las gramáticas y es muy común en el español hablado y escrito: juega lento, ven rápido, poco prudente, etc. La Gramática de la Academia de 1962 hacía notar que "los adjetivos usados como adverbios se emplean siempre en la terminación masculina del número singular, que en tal caso viene a ser neutra, por referirse el adjetivo al verbo, que —como sabemos— carece de género".
        En el caso de "juega lento", lo que sucede es que el verbo juega se ve modificado por la palabra lento, que en ese contexto y por esa razón funciona como adverbio, es adverbio, a pesar de que en otros enunciados pueda hacer las veces de adjetivo (jugador lento).
        Es decir que, estrictamente, desde un punto de vista funcional, la voz lento no es ni adjetivo ni adverbio, sino que funciona como uno o como otro según el contexto, aunque, quizá por razones etimológicas o de frecuencia estadística, el DRAE sólo explica lento(a) como adjetivo, y quizá por ello mismo se hable de adverbialización de adjetivos y no de adjetivización de adverbios.
        Sin embargo no es frecuente que se explique en los tratados de morfología y sintaxis un caso, no estrictamente contrario, pero que algunos han designado como adjetivización de adverbios.
        En el enunciado "ella es medio tonta", es evidente que la palabra medio funciona como adverbio, porque está modificando al adjetivo tonta, y la única clase de palabras que tiene la función de modificar al adjetivo es el adverbio. Es empero muy frecuente oír la expresión "ella es *media tonta". Debido a que el adverbio carece de género, pudiera verse en este uso un caso de adjetivización de adverbio. Ello sin embargo no es posible, pues se estaría suponiendo que el adjetivo media, que sí tiene género femenino, seguiría modificando al adjetivo tonta, concordando con él en género y número.
        Lo que pasa es que, todo purismo aparte, es inaceptable y agramatical el enunciado *media tonta (nadie diría, sea por caso, "ella es *poca elegante"), pues aunque ciertamente existe el adjetivo medio(a) (media naranja, por ejemplo) siempre modificará a un sustantivo, jamás a otro adjetivo, ya que para ello dispone el español precisamente de la categoría adverbial (medio tonta), que carece de género y puede modificar, sin cambiar su terminación, a adjetivos de diverso género y número (medio tonto, medio tonta, medio tontos, medio tontas).

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