Minucias del lenguaje - José G. Moreno de Alba, publicadas por el FCE
Minucias del lenguaje - José G. Moreno de Alba, publicadas por el FCE
EL CONCEPTO, PLENAMENTE GRAMATICAL, de verbo transitivo ha cambiado a lo largo del tiempo, desde aquellas ingenuas definiciones que nos enseñaron en la escuela del tipo de "verbo transitivo es el que pasa su acción" (?), hasta las modernas de corte más formal: "el que rige objeto directo", por ejemplo. Sigue sin embargo discutiéndose si tal concepto pertenece exclusivamente a la gramática o si es un rasgo de naturaleza semántica; o, en otras palabras, si algunos aspectos del léxico, como éste, deben o no ser estudiados dentro de la gramática. De conformidad con estas doctrinas, el rasgo de transitividad o intransitividad de un verbo debe proporcionarlo ciertamente el léxico de una lengua pero repercute en la gramática. Habrá por tanto ciertas reglas gramaticales que exijan, sea por caso, que tal verbo (por ser definido en el léxico como transitivo) lleve complemento directo obligatorio, que tal otro (porque el léxico lo define como intransitivo) no lo pueda llevar y que para algún otro sea optativo. Ello evita oraciones agramaticales del tipo de *Juan dice (¿qué?).
        En el marco de estas teorías, el verbo entrenar estaría definido en el léxico como transitivo y por tanto debería construirse siempre con un objeto directo: entreno al equipo, por ejemplo. Como verbo transitivo que es, puede construirse como reflexivo, es decir haciendo que el objeto directo se identifique semánticamente con el sujeto: me entreno todos los días, sea por caso. Tengo la impresión de que así se decía en efecto hace algunos años. Desde hace algún tiempo se suele omitir el objeto directo pronominal del verbo entrenar, convirtiéndolo de esta manera en intransitivo. Hoy se dice y se escribe: entreno todos los días, el equipo entrenó dos horas, en lugar de me entreno y se entrenó.
        No cabe duda de que para esos mismos hablantes ese verbo en otros contextos es transitivo, pues dicen "el técnico entrenó al equipo", donde equipo es objeto directo de entrenó. La omisión del objeto directo se da sólo en construcciones reflexivas: el atleta debe entrenar, conviene que entrenemos esta tarde, etc. Compárense estas construcciones con las de otros verbos que no pierden su carácter transitivo cuando forman oraciones reflexivas: nadie dice *yo baño todos los días (por me baño).
        Con calentar sucede lo mismo que con entrenar. Es frecuente oír enunciados como "antes de jugar debo calentar" (por calentarme). Tengo la impresión de que si este empleo (intransitivo) de entrenar y de calentar (entre otros verbos) se generaliza, como creo que está sucediendo, habrá necesidad de distinguir, en el léxico, dos formas diferentes para cada verbo, una de carácter transitivo (el técnico entrena al equipo, la cocinera calienta la sopa) y otra intransitiva (y por tanto no reflexiva): el atleta calienta y entrena todos los días.

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