Minucias del lenguaje - José G. Moreno de Alba, publicadas por el FCE.
Minucias del lenguaje - José G. Moreno de Alba, publicadas por el FCE.
DURANTE LOS ÚLTIMOS días del año 1989 era común oír decir que estaba terminándose la década de los ochenta; largos programas de televisión se dedicaron por esas fechas a presentar los sucesos más destacados de ese periodo. Efectivamente, la voz década significa 'serie de 10' y, en particular (acepción cuarta), 'periodo de 10 años'. Naturalmente que cada año que concluye es también fin de una década; lo que me parece que debe revisarse es si el 31 de diciembre de 1989 fue el último día de la década de los ochenta.
        Como en la denominación del año 1990 no aparece ya la cifra 8 en el lugar de las decenas sino el número 9, mucha gente está convencida de que los ochenta terminaron precisamente en 1989 y en 1990 inicia la década de los noventa. Es claro que todo depende del año en que queramos comenzar a contar la década. Si se considera que el primer año de los ochenta fue el de 1980, entonces el de 1989 fue ciertamente el décimo y por tanto habría quedado ya completa la década. Ahora bien, si la década de los ochenta comienza a contar a partir del 1º de enero de 1981, entonces el de 1989 habrá sido el noveno y penúltimo de la década, y ésta concluirá apenas el 31 de diciembre de 1990. Esto último parece más aceptable, por las razones siguientes.
        Si década es una serie de 10, el último número de una década que comience por uno deberá ser necesariamente el 10, formado ya por dos dígitos (el uno y el cero). Si una década (de años) comienza por uno, el último deberá ser un año que termina en cero. La década de los ochenta, así entendida, comenzaría por tanto en el año 1981 y concluiría el último día de 1990, constituida por 10 años exactos.
        Alguien podría preguntar por qué debe comenzar la década por un año terminado en uno (1991) y no por uno terminado en cero (1990). Yo diría que por la misma razón por la que la década de los números naturales no comienza por cero sino por uno. En otras palabras, imaginemos que el pasado 1º de enero, por un impensable acuerdo mundial, hubiera comenzado una nueva cuenta en el calendario. Nadie podría decir que éste fuera entonces el año 0, sino el año 1, aunque todavía no se completara; es decir que hacia el mes de junio iríamos, en ese supuesto, hacia la mitad del año 1 (algo así como 0.5 de esa unidad) y el 31 de diciembre se completaría, se terminaría el año 1. Si se sigue con esa hipótesis, la primera década de esa nueva cuenta concluiría precisamente el 31 de diciembre del año 10.
        Me inclino por pensar, entonces, que el año de 1990 es el último de la década de los ochenta. La década de los noventa, me parece, comenzó el 1º de enero de 1991.

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