Minucias del lenguaje - José G. Moreno de Alba, publicadas por el FCE.
Minucias del lenguaje - José G. Moreno de Alba, publicadas por el FCE.
UN FENÓMENO FONÉTICO bien estudiado es el llamado confusión de consonantes líquidas. Las consonantes líquidas (l y r) reciben ese nombre porque pueden articularse 'licuadas' con otra consonante, dando lugar a combinaciones consonánticas imposibles de lograr con otros fonemas. Quizá esta capacidad combinatoria de r y l explique en parte el que, con alguna frecuencia, aparezca una por otra en ciertos contextos fónicos. La dialectología española (peninsular y americana) nos enseña, por ejemplo, que en muchos lugares de Andalucía y de las Antillas puede oírse arzar por alzar o puelto por puerto. La historia de la lengua nos muestra también otros casos interesantes de movilidad de estos fonemas: el adverbio latino semper, por ejemplo, no dio en español *siemper sino siempre, con cambio de lugar de la consonante r, que pasa a licuarse con la p.
        La r y la l forman parte frecuentemente de sílabas de tres, cuatro o más letras, ocupando, como líquidas, la segunda posición (bla, bra, trans, fre, flo...). Aquí puede producirse también confusión entre r y l. Buen ejemplo de ello vienen a ser los verbos infligir e infringir, que no siempre se emplean con propiedad, de acuerdo con su significado original. El primero, con sílaba fli, procede del verbo latino infligere, que significa 'herir, golpear'. En el español contemporáneo infligir tiene el sentido de 'imponer o condenar a un castigo o pena corporal': "le infligió un año de cárcel por sus delitos". El verbo infringir, por lo contrario, con sílaba frin, tiene origen también latino en el verbo infringere ('quebrar, hacer pedazos') y se emplea hoy en nuestra lengua con el valor semántico de 'quebrantar leyes, órdenes, etc.': "el delincuente es el que infringe la ley". Por ello puede decirse, por ejemplo, que "al que infringe la ley le infligen un castigo".
        No es raro, en el español actual y debido a esa movilidad de las consonantes líquidas, por una parte, confundir un verbo con otro y, por la otra, trasladar la segunda n de infringir a infligir, que no la tiene. De lo anterior resultan enunciados impropios o equívocos como "le *infringieron fuerte sanción" o "Fulano *infligió (o, más común, *inflingió) la ley". Debe recordarse, entonces, que infligir (con l tras f y sin n antes de g) e infringir (con r tras f y n antes de g) tienen forma, etimología y significado diferentes, que no deben confundirse.

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