Minucias del lenguaje - José G. Moreno de Alba, publicadas por el FCE.
Minucias del lenguaje - José G. Moreno de Alba, publicadas por el FCE.
HAY CIERTAMENTE algún empleo del pronombre le en el español general que no remite a un referente preciso: "¿qué le vamos a hacer?", por ejemplo. Sin embargo este fenómeno parece limitarse a enunciados en que interviene el verbo hacer. Por lo contrario, en dialectos del español americano se producen con frecuencia construcciones en las cuales aparece un curioso le que no alude a antecedente alguno, un le que suele conocerse, por los estudiosos, como neutro y que es siempre de carácter enclítico, es decir pospuesto al verbo y formando con él una sola palabra ortográfica.
        Ha habido quien considera este le neutro como exclusivo del español chileno (véase el Diccionario de chilenismos y de otras voces y locuciones viciosas de M. A. Román). Evidentemente su empleo es mucho más frecuente en otros lugares, particularmente en México. Al uso mexicano de este le neutro se han referido, entre otros, Ramos y Duarte, Sánchez Somoano y Charles Kany. Este último reproduce, en su libro Sintaxis hispanoamericana, los versos que el español Sánchez Somoano escribió después de su estadía en México, a fines del siglo XIX: "para animar allí a alguno / que no peque de atrevido, / lo mismo para negocios / que para cruzarse un tiro, / como palabra suprema / en uno y otro sentido, / para decirle pronto / le dicen ándele, amigo".
    &bbsp;   Es necesario hacer un detenido estudio que permita conocer con cuáles verbos, que no son muchos, se usa en México este enclítico le. Se dice aquí ándale, pásale, córrele, camínale, jálale, párale, pícale... pero no puede añadirse el le neutro a cualquier verbo. Los que sí lo permiten deben además estar conjugados en la segunda persona del singular del imperativo (ándale) o en tercera persona (singular o plural) del presente de subjuntivo, cuando el sujeto del imperativo es usted(es): ándele, ándenle (a veces con contaminación de número plural en el enclítico: ándenles).
        También se añade el neutro le a ciertas interjecciones: épale, órale, újule, etc. Me parece muy improbable que épale tenga su origen en el náhuatl épalle ('¡hola!'), como opina Ramos y Duarte (Diccionario de mejicanismos), pues resulta más lógico pensar que se trata simplemente de ¡epa! más le (épale), formación en línea con otras como órale y újule."

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