Minucias del lenguaje - José G. Moreno de Alba, publicadas por el FCE.
Minucias del lenguaje - José G. Moreno de Alba, publicadas por el FCE.
SE PUEDE CONSTRUIR tanto la expresión "un árbol de hasta 10 metros" cuanto el sintagma "un árbol hasta de 10 metros". Por tanto puede uno preguntarse si ambas construcciones son correctas, si alguna no lo es y por qué, y finalmente si, siendo ambas aceptables, significan exactamente lo mismo.
        Un primer análisis podría llevar a interpretar que se trata de una combinación de dos preposiciones, del tipo de "salió de entre la maleza", "te quiero por sobre todas las cosas", etc. En efecto, los agrupamientos de dos preposiciones no son tan raros en la lengua e, incluso, no faltan gramáticos españoles que defienden como recomendable la expresión a por en oraciones como "voy a por ella" (a buscarla). En este supuesto, de hasta y hasta de serían agrupamientos de dos preposiciones y lo que en todo caso habría que discutir es cuál de los dos resulta más recomendable.
        Creo empero que existe otra posibilidad de análisis. En efecto, de no puede sino considerarse preposición. Sin embargo, la voz hasta (de origen árabe) tiene al menos dos funciones en la lengua. Una es la de preposición, es decir, de introductora de complementos en la oración, con el significado de límite en el tiempo o en el espacio: "no vendrá hasta el próximo martes", "viajaré hasta Roma". Hasta también puede funcionar como una especie de nexo copulativo de carácter intensivo, equivalente a aun, incluso, también, como en "eso hasta los niños lo pueden hacer".
        De aceptarse el anterior planteamiento, puede proponerse que de hasta es un tipo de construcción y hasta de, otro. En el primer caso (de hasta) tanto de cuanto hasta son ambas preposiciones y la expresión "un árbol de hasta 10 metros" debe entenderse como la definición de un árbol que pertenece a cierta clase (esto señalado por de) que se caracteriza porque no puede tener una altura superior a los 10 metros (este dato, de límite, expresado por la preposición hasta). Por lo contrario, en la expresión "un árbol hasta de 10 metros" la voz hasta parece funcionar como copulativa y, de ser esto cierto, lo que se dice equivale más o menos a lo siguiente: "un árbol incluso de 10 metros", donde sólo de es preposición. Un apoyo para esta interpretación podría ser el hecho de que hasta puede colocarse antes sin que parezca darse un cambio evidente de significado: "un árbol hasta de 10 metros": "hasta un árbol de 10 metros". Obsérvense estos sintagmas en un contexto más amplio: "en ese escenario cabe un árbol hasta de 10 metros" (aun de, incluso de), "en ese escenario cabe hasta un árbol de 10 metros", "en ese escenario hasta cabe un árbol de 10 metros". Nótese cómo cambia el sentido si se dice "hasta en ese escenario cabe un árbol de 10 metros". Es evidente que estos cambios no pueden hacerse en los casos en que tanto de cuanto hasta son preposiciones ("pertenece a la especie de árboles de hasta 10 metros").
        Esta lectura no invalida naturalmente la otra: que sea lo mismo para los hablantes de hasta y hasta de. En tal caso, si se considera que ambas voces (de y hasta) están funcionando como preposiciones, me inclino por el empleo de la primera combinación (de hasta) por la simple razón de que, en las parejas de preposiciones en que interviene de, ésta aparece generalmente en primer lugar.

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