De acuerdo con la Ortografía de la lengua española, de la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua (Madrid: Espasa Libros, 2010), cuando los cardinales complejos se escriben de manera univerbal, es decir, en una sola palabra, por analogía con los compuestos cardinales de diez y veinte (dieciocho, veintitrés, veintinueve, etc.) se escriben con i: treintaicinco, cincuentaisiete, sesentaicuatro, etc. Sin embargo, de acuerdo con la Nueva gramática de la lengua española, de la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española (Madrid: Espasa Libros, 2009), cuando se trata de los derivados de los numerales, un adjetivo como en este caso, se considera válida la escritura con i y también con y, aunque se prefiere la segunda opción. Así, es mejor noventayochista que noventaiochista.
De acuerdo con lo anterior, si bien las formas sesentayochero y sesentaichero son válidas, se debe considerar que la más adecuada según la pronunciación de la grafía y o i sería más adecuada la que se escribe con y por lo sigunete, según la Ortografía de la lengua española:
en los términos derivados de expresiones numerales complejas que dan nombre a hechos o acontecimientos relevantes, como (generación del) noventa y ocho o (revolución del) sesenta y ocho, se documentan, y son válidas, tanto las grafías que conservan la y copulativa del numeral complejo (noventayochismo, sesentayochista, etc.) como las que transforman dicha y en i (noventaiochismo, sesentaiochista, etc.) (…) La conservación de la y en estos casos puede justificarse por razones fonéticas, ya que es frecuente que, entre vocales, el fonema /i/ se transforme, en el habla espontánea, en el fonema consonántico /y/, cuya representación en nuestro sistema ortográfico corresponde a la letra y.
Cabe mencionar que también se registra la forma sesenta y ochero, pero es muy poco frecuente y no se recomienda su uso.
Así, el término sesentayochero, formado por sesenta y ocho + el sufijo -ero, que en México se usa para hacer alusión a todo lo relacionado con el movimiento estudiantil de 1968 y los acontecimientos históricos surgidos de éste, ya sea como adjetivo o como sustantivo preferentemente se escribe con y en una sola palabra.
Además, ubica en su sitio a quienes se quiso hacer héroes y muestra cómo vivía, soñaba, se comprometía y actuaba el personaje que va descubriendo sin siquiera mencionarlo: el sesentayochero anónimo (“Crónica 1968”, Enciclopedia de la literatura en México, México, s.f. Disponible en línea: https://t.ly/QQgyn).