Los puntos suspensivos pueden ser marcadores de modalidad (en este caso, del enunciado). En una secuencia como Jaime asegura que no volverá…, la presencia de puntos suspensivos en lugar de punto para cerrar el enunciado podría expresar las dudas del hablante en lo que a la vuelta de Jaime se refiere.
También pueden delimitar enunciados (aunque no siempre lo hagan):
“ARQUITECTO: Me prometiste… EMPERADOR: Te prometí, te prometí… ¿Y qué?” (Arrabal Arquitecto [Esp. 1975])
En este caso los puntos suspensivos coinciden en una de las funciones propias del punto.