La voz espigolalles pertenece a la lengua catalana. El Diccionari de la llengua catalana, del Institut d’Estudis Catalans (2024, disponible en línea: https://dlc.iec.cat/), recoge la siguiente acepción de espigolalles: ‘espigues que resten al camp després de la sega i que els espigoladors arrepleguen’ [espigas que permanecen en el campo después de la siega y que los espigadores recogen]. A la acción de recoger estas espigas del campo que quedan después de segar se le llama espigolar en catalán y espigar en español.
Es importante mencionar que en español no existen voces para diferenciar entre las espigas unidas a la tierra y las caídas después de la siega, como las que posee el catalán. Espigolalles, como se mencionó, es un sustantivo femenino plural que denomina las espigas caídas después de la siega, mientras que espiga (o espigues en plural) es el ‘conjunt de flors o de grans disposats al llarg d’un eix comú que forma la part terminal de les tiges o cames de la majoria de cereals i de moltes gramínies silvestres’ [conjunto de flores o granos dispuestos a lo largo de un eje común que forma la parte terminal de los tallos o piernas de la mayoría de cereales y de muchas gramíneas silvestres], según el diccionario catalán citado.
Dentro del campo semántico de la cosecha de la vid, Juan Carlos González Ferrero en su artículo “Vocabulario tradicional de la vid y el vino en el habla de Toro. Su carácter dialectal” (Anuario 1985 Instituto de Estudios Zamoranos «Florian de Ocampo», 1986, pp. 265-282) menciona que, durante el proceso de floración de la vid se le llama espiga a “la iniciación del racimo antes de la floración”. Por tanto, podemos decir que el acto de espigar, dentro de este campo semántico, tiene el mismo sentido general ‘recoger las espigas que quedan tras la siega’.