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propio Olmos. Así nos muestra cómo se imbrican los nuevos paradigmas
la tradición gramatical mesoamericana.
Más allá de la erudición, el análisis y la brillante construcción teórica d
nuestra académica, el texto sugiere numerosas reflexiones. Una atañe a l
situación actual de las lenguas vernáculas en México. Si a la distancia d
los siglos contemplamos la obra de algunos humanistas en el siglo xvi y l
cotejamos con la de varios académicos en el siglo xxi, podremos decir qu
se hace honor a una tradición iniciada hace cinco centurias. Empero, a
como se corresponden por su afinidad los espacios culturales de dos époc
distantes, en nuestro tiempo sigue faltando una mayor responsabilidad in
titucional en cuanto a nuestras lenguas originales.
No extraña que en el siglo xvi la corona española, como todos los dem
gobiernos del planeta en esa época, pasara por alto el valor de las lengua
Lo que sorprende es que en el siglo xxi el Estado mexicano no asuma un
posición más comprometida en esta materia. Durante el siglo xx surgi
en el mundo una poderosa corriente favorable a la defensa, preservación
enriquecimiento de las lenguas vernáculas. En todos los continentes num
rosas constituciones han incorporado las obligaciones del Estado en cuant
a las lenguas vernáculas. En México, en cambio, conforme al artículo 2º d
la Constitución, se delega en los pueblos y en las comunidades, de endebl
organización y exiguos recursos, la compleja tarea de preservar y enriquec
sus lenguas. La magnitud de esta empresa demanda que nuestras lengu
sean consideradas nacionales, para que el Estado mexicano quede obligad
a adoptar las medidas necesarias para su preservación y desarrollo.
Señoras y señores: La excepcional lección académica que hoy hemos e
cuchado nos muestra una vertiente más de la riqueza cultural de Méxic
del México pretérito y del México contemporáneo. Los humanistas de a
taño, como los de hogaño, cumplen una misión ejemplar poniendo s
hacer y su saber al servicio de la comunidad nacional.
No menos relevantes que sus prendas académicas son las virtudes hum
nas de doña Ascensión. Ella y Miguel León-Portilla han formado un hog
cálido y hospitalario, al que además de Marisa y Gerardo, Miguel Dieg
y Fabio, se integra una familia universitaria basada en las afinidades de l
cultura y en la constancia del afecto.