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* Leído en la sesión ordinaria del 10 de septiembre de 2009.
LA SACRA CONVERZACIONE.
CARTAS DE GANTE Y AMBERES.
HOMENAJE A ROBERT ARMAND VERDONK*
Adolfo Casta
I
Amberes me recuerda por su nombre el ámbar, pero también a la ce
grasa Amberes para zapatos de la marca El Oso que en México usaba
todavía lo hacen así) los boleros. Desde la infancia, en virtud de q
sabe qué asociaciones secretas entre olor e historia, he asociado a qui
dan grasa a los zapatos, a los que “dan bola” o “bolean” los zapatos co
pasado subterráneo, con el subsuelo indígena de México. En “La cru
de los perros”:
las cruzadas estaban relacionadas con el descubrimiento de alguna ciuda
grada, tal vez semejante a la de mis sueños de infancia. En ellos aparec
iglesia del centro de la ciudad que solía visitar en compañía de mi abuela.
decía. Una luz gris esfumaba los rostros y confundía las formas. Al acercar
confesionario se abría una pequeña puerta en su interior. Una oscura escali
interminable se lanzaba hacia abajo. Los peldaños en la roca se precipit
hacia el interior de la tierra en impecable línea recta como si fuesen los de
pirámide. A medida que bajaba, los escalones crecían bajo mis pasos. Al
después de un salto que duraba toda la noche y que me daba la impresió
sobrevolar los escalones, llegaba a una plazuela subterránea. Ahí me esper
los abuelos con manos suaves, rígidas como raíces. Aguardaba mi llegad
puñado de hombres macilentos, rugosos, opacos. Los ojos pequeños y re
dos se perdían en los rostros de piedra. Gobernaban un reino en agonía.
minuto, sacaban un cadáver de las entrañas de la tierra. Morían como mo