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estuvieron las preguntas más dolorosas: ¿para qué escribir?, ¿qué sentid
tiene la creación, la fabulación?, ¿es suficiente dejar un indicio, afincar u
testimonio, para intervenir creativamente en el curso del devenir? Art
filosofía, ciencia, religión responden de manera afirmativa porque tienen l
certidumbre muy válida de que su respuesta a la interrogante es indudabl
mente, si no definitiva y perenne, la huella indeleble que el hombre deja d
su paso por la vida. Es, de manera contradictoria y paradójica, el instant
de eternidad que tiene todo lo efímero. La obra de Fernando del Paso
una demostración irrefutable de este aserto. Lo es por su proyección, el us
del lenguaje y el eco universal de la estructura. Reflexivo, responsable d
su creación, no se ha prodigado valiéndose exclusivamente de las grand
luces de su imaginación y de su envidiable dominio de la lengua. Como l
constelaciones, ha trabajado sin prisa, pero sin pausa.
Tres obras fundamentales forman la parte medular del opulento reino d
Fernando del Paso:
José Trigo, Palinuro de México
y
Noticias del Imperio
. Tr
novelas encomiablemente ambiciosas que contienen, cada una a su maner
y en su propia circunstancia, una visión totalizadora de la realidad real y d
la realidad ficcional. Y debo decir, de una vez por todas, que lo admirabl
lo envidiable de la creación de Del Paso se nutre por igual de todas l
disciplinas en que ha incursionado siguiendo su omnívora curiosidad, s
interés siempre despierto por el ser y el hacer del hombre. En muy poc
casos de las letras coexisten con tal intensidad, como en el de Del Paso, l
agudeza literaria que dispone a su arbitrio de un lenguaje sin término y l
vocación artística integral de convertir su vehículo de expresión, el propi
lenguaje, en el conducto privilegiado para decir el mundo, para expresar
analizar la vida. Por el ámbito (el hambre ecuménica que sabe descubrir l
cósmico en lo mínimo), esas tres novelas de Del Paso están empeñadas e
la misma lid. Encuentro en ellas, en estrecha similitud con las obras qu
cité al principio, un propósito resuelto de abarcar la totalidad sin reducirl
sino al contrario, reconfigurándola en tres parajes en que coexisten, insep
rables, el ser y el decir.
Una de las virtudes que más aprecio en este escritor impar es la moros
dad, la falta de prisa, el empleo inteligente, pertinente, del tiempo para n