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SEFARDITAS*
Fernando del P
Señor director de la Academia Mexicana de la Lengua,
doctor José Guadalupe Moreno de Alba;
señor secretario y querido amigo, doctor Gonzalo Celorio;
queridos amigos; señoras y señores:
Deseo expresar a todos los miembros de esta Academia, a quienes d
ahora puedo llamar mis colegas, mi más profundo agradecimiento por
berme nombrado, por unanimidad, miembro correspondiente en la
dad de Guadalajara de esta honorable institución. También, por su
generoso apoyo a mi candidatura para el Premio Cervantes de Literatu
Y, de manera muy particular, a mi fino y erudito amigo, el doctor Er
to de la Peña, quien de manera tan gentil aceptó pronunciar la contesta
a mi discurso. No se trata, desde luego –así lo espero– de una “conte
ción” en el sentido de la segunda acepción de esta palabra que es ‘alterc
o disputa’, sino de unas palabras de bienvenida. Se cuenta en una fá
que ustedes deben conocer, de origen esópico, y que sin duda influy
la Epístola de Santiago, que un hombre rico, para agasajar a un hués
distinguido, le pidió a su cocinero que le preparara los mejores manj
del mundo. Y así lo hizo el cocinero: preparó cinco diferentes platillo
lengua. Ante la indignación del amo, el cocinero arguyó que nada h
mejor en el mundo, porque con la lengua se bendice y se ora, con la len
se canta el amor y se alaba a Dios. Al día siguiente, le presentó a su a
al huésped los peores platillos del mundo, que por supuesto también
de lengua, porque con la lengua se maldice y se calumnia, con la lengu
hiere y se blasfema. Ernesto de la Peña ha estudiado 27 idiomas y de é
* Leído en la sesión pública solemne del 11 de junio de 2009, efectuada en el Museo Nac
de Arte, situado en el número 8 de la calle de Tacuba.